Vistas de página en total

La Lecce que te han dao

Nos hemos levantado a las ocho tras escuchar los santos cantos gregorianos de mi amigo y de ducharnos; hemos bajado a desayunar y como nos encantaron los lagos Alimini esos he decidido recrearlos en el comedor del hotel y oye, me han quedado niquelados, santa réplica. Hemos reforestado los alrededores del hotel y rumbo a Lecce: nos ha gustado mucho su Duomo, el teatro romano, etc... Muchas cosas hemos visto aquí.


Como ya no queda nada por ver, cogemos a Romeo y nos vamos a Gallipoli. Aquí hemos llenao la panza y nos disponemos a dar un voltio no más, que luego dejamos sin luz al pueblo.
El voltio por Gallipoli es muy bonito pero solo hay que ver la parte antigua, que es la que está separada por un puente de la parte nueva. La catedral está encajonada entre las casas y casi no se puede disfrutar de ella, pero aún así se la ve majestuosa. Las callejas son muy cucas y típicas mediterráneas: blancas, estrechas, altas...


De Gallipoli salimos a Santa Cesarea Terme, famosa por sus aguas sulfurosas, termas y grutas. Debido al azufre... ¡¡huele a bomba fétida todo el pueblo!! y yo no he sido. ¡¡Qué horror!! Ya pueden ser buenos los fangos y las aguas.



De vuelta al hotel, divisamos el Cabo Otranto y una genial perspectiva de la belleza de la Costa Adriática. Llegamos y a salir a cenar a uno de los dos restaurantes de Serrano... Le ex-rubia decide. Y al final hemos ido a uno a ponernos ciegos de antipasto y yo me he podido tomar una copita de Limoncello ¡¡ Por Dios, sabe a Gloria!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario