Jo, hoy si que hemos sobado bien. Nos acostamos relativamente temprano y el avión no sale hasta la hora de comer así que la sobadita ha sido buena. Pues nada, a recoger, intentar cerrar las maletas que van petadas y pal Romeo. Hoy es su última vuelta por Italia: en el aeropuerto nos despedimos de él. Ha sido un gran compañero de viaje y ha respondido muy bien: ha aguantado a los locos del volante perfectamente... Adios amico, adios...
Y ahora a esperar a que salga el avión y recuperar la fianza de Romeo. Destino Barna.
Oeeee, oe, oe, oeeeeeee!!!! ya estamos en Españaaaa. Ya no hay que hablar raro: toooodos te entienden, que alegría. El problema es que ahora tenemos que esperar el avión de vuelta a casa y se hace muy pesado pero la alegría de saber que hoy dormiremos en nuestra camita, nos hace aquantar estas últimas horitas.
Y ya en casaaaaaa... Uyyyy, que bien se está aquí ahora, como en casita como en ningún sitio aunque hay que reconocer que ha sido un viaje irrepetible: nos lo hemos pasado teta, hemos jalado muy bien, hemos visto sitios irrepetibles y hemos aprendido una lección: no hay que conducir nunca por carreteras italianas. Os lo recomendamos, genial.
Y como dije antes, os voy a hacer dos apuntes especiales:
1º Comida: si te gusta la comida italiana, evidentemente triunfas. Las pizzas son cojonudas, con una masita muy fina pero bien cargaditas de sustancia y chicha. La pasta te puedes imaginar, cojonuda. Y además hay mil variedades; no solo spaghetti y macarrones sino mil cosas más. Y las salsas están riquísimas: caprese, amatriciana, boloñesa... Todas estupendas. El pescado está también muy bueno y lo hacen muy bien, de varias maneras todas ricas pero no lo que no hacen mucho es carne: no hemos comido prácticamente nada y si acaso, un poquito de pollo u día pero nada más. ¡¡Ah!! y lo mejor a mi gusto son los antipasti, que me he hinchao de ellos: hay de todo y variado, quesos, berenjenas, ensaladas, mejillones... De todo, ya te digo. Así que si vienes por aquí, sabes qeu con hambre no te vas a quedar. Me olvidadaba: hay unas rosquillas llamadas Tarallini que se salen. Yo las he probado al Limoncello y están divinas... Por cierto, todas las noches un chupito de Limoncello y te sobas como Dios.
2º Tráfico: no se te ocurra alquilar un coche. Aparte de que nos cobraron 1000 pavos de fianza, conducir con ellos es de locos. Si no hay gente, las carreteras están bien: bueno, las españolas le dan mil vueltas pero se puede conducir. El problema es cuando los autos locos se echan a la calle: les suda la polla el resto de gente. Si hay peatones, a por ellos ¡¡que no crucen!! El casco, para cocinar: si lo llevas, te multan, seguro, porque si no no es posible que nadie lo lleve... O eso, o es que son muy caros y pasan de gastar pasta. Para adelantar es una odisea; te echas al arcén y el de atrás pasa de largo... con lo que puede haber un momento en que en una carretera de dos carriles (ida y vuelta) haya tres coches paralelos a la vez. De la velocidad mejor no hablar... Todas las carreteras tiene un noventa en el arcén, pero no se que significa... Creo que son puntos: si vas como un cafre te llevas 90 puntos y los acumulas por premios o algo así, me tengo que enterar. Y si voy por la nacional y quiero torcer donde me salga de los cojones, pues se hace y a seguir palante: el de atrás que arree... Por que las salidas y entradas a las nacionales hay que verlas, patrocinadas por Talleres Galindo, fijo... Que curvas madre, que curvas!! Y los peatones son iguales: cruzan por donde les da la gana, que ya pararán los coches... Bueno, pa flipar. Pero que esta locura no empañe el resto del viaje porque es inolvidable.
Y esto es todo amici, los mochileros se despiden atentamente de vosotros, se van a poner a estudiar italiano y para relajar se van a tirar una semanita ahora en Lanzarote... y allí los guiris son ellos... A por ellos, oeeeee... Arrivederciiiii.